Como teníamos previsto, el pasado fin de semana del 8, 9 y 10 de
Noviembre, tuvo lugar la acampada de otoño en el Albergue Carlos V de Jerte. En
ella participaron 65 niños y niñas de entre 8 y 12 años de nuestro barrio y 15
monitores y monitoras. En importarte remarcar que la gran mayoría de los
participantes la constituían chicos y chicas de 8 y 9 años, dato a tener en cuenta
a la hora de la organización y preparación de actividades.
El tema principal de la acampada ha sido el Medio Ambiente, y todas
las actividades preparadas se enfocaban en torno a esto.
Las instalaciones de este albergue nos permiten acoger hasta 90 participantes,
separados para dormir en cabañas de unas 8 personas. Nosotros adoptamos la
decisión de dormir un monitor por cabaña para poder ayudar a cualquier
participante en cualquier problema durante las noches los cuales, debido a la
corta edad de los mismos, fueron frecuentes.
En cuanto al clima, no tuvimos la suerte de contar con buen tiempo, de
hecho, salvo en contadas ocasiones, la lluvia nos acompañó durante toda la
acampada. Afortunadamente, como había previsto en caso de que esto ocurriese,
el albergue cuenta con un gran salón comedor en el que pudimos desarrollar sin
ningún problema, todas las actividades de nuestro “plan B” en caso de lluvia.
Una de estas actividades fue precisamente la que aprendimos en nuestra
formación de monitores dos meses antes, y que explicamos en el epígrafe
correspondiente: la decoración de baldosines con témperas y cera. La valoración
de esta actividad fue muy positiva, ya que se llevó a cabo durante alrededor de
una hora y media, con los niños y niñas sentados en el comedor y con música
clásica de fondo, lo que permitió que tanto ellos como los monitores
disfrutáramos y apreciásemos mucho esta actividad.
Por último, para concluir este epígrafe, remarcar que, en los periodos
de tregua que nos dio la lluvia, conseguimos realizar la actividad de marcha a
“Los Pilones” durante la cual también realizamos la búsqueda y clasificación de
setas. A pesar de la incomodidad de andar por el suelo mojado e incluso con
algo de llovizna, tanto nuestro niños y niñas, como los monitores, pudimos
disfrutar de un paseo matutino de unas 3 horas en torno a la sierra de
Tormantos.
Esta actividad, como otras muchas, no habría sido posible de no haber sido por el apoyo económico que LA FUNDACIÓN PELAYO lleva ofreciendo a Algarabía desde hace varios años. Por tanto, desde aquí, le damos de nuevo las gracias.